Para la resolución de conflictos debemos tener claro qué entendemos por conflicto: cualquier situación en la que dos o más partes se sienten en oposición. Es un proceso interpersonal que surge de desacuerdos sobre los objetivos a alcanzar o las vías para lograrlos. Los conflictos son indeseables, inevitables e intrínsecos a las relaciones.

En un conflicto intervienen principalmente cuatro factores, diferentes y al menos aparentemente enfrentados entre las partes:

- La mediación es una forma inteligente de resolver los conflictos.

- Las percepciones: cómo lo ve cada parte. Las cosas no se ven como son, las vemos como somos.

- Las posiciones: qué quiere cada parte.

- Los intereses: para qué y por qué.

- Las necesidades: de qué no se puede prescindir.

Los conflictos generan emociones hasta tal punto que pueden ser un grave obstáculo para su resolución positiva. A su vez, las emociones pueden generar conflictos, existiendo una interacción permanente entre emoción y conflicto. La mediación es una forma inteligente de resolver los conflictos.

La sesión informativa previa la ofrecemos gratuita. En ella se informará de las características básicas del proceso, de los valores de la mediación, de la función del mediador y de su coste. Puede impulsarse por una sola de las partes en conflicto. El mediador se encargará de contactar con la otra parte y de invitarla a participar en la mediación.

Motivación para participar en una mediación: la mejor solución a un conflicto es la que pueden encontrar las partes por ellas mismas con la ayuda del mediador.

El acuerdo al que se pueda llegar a de ser realista, factible, basado en la máxima información y donde queden reflejados los intereses y necesidades de todas las partes. Finalmente, se legalizará el acuerdo con el documento jurídico adecuado y su elevación a escritura pública si procede, pudiéndose planificar algún encuentro posterior para comprobar la efectividad el acuerdo y el cumplimiento de los compromisos adquiridos.

El desarrollo de un proceso de mediación depende de la naturaleza, del número y complejidad de los conflictos a resolver. En líneas generales, cada sesión suele plantearse de una duración de 1,5 a 2,0 horas, con un intervalo entre sesiones de 1 o 2 semanas. El proceso puede terminarse en 5 o 6 sesiones de trabajo.